jueves, 2 de mayo de 2013

El barroco.

   El transcurso de las distintas épocas de la historia es como el transcurso de la vida de una persona. Hay temporadas más bonitas y otras más difíciles. El barroco es como una depresión en la vida de una persona, que desde mi punto de vista viene dado por el egoísmo individual. En la Edad Media se comenzó a dar más importancia al individuo. Todo el mundo quiere ser más que los demás, quiere destacar, llegar a ser más. Y si además llega el Cid diciendo que se puede cambiar el destino, que la sociedad no debería estar dividida en estamentos, que deberíamos ser nuestros logros, pues ya la gente se hace ilusiones y se desmadra. Vino el Renacimiento cargado de alegría, luz, amor y belleza. Todos eran felices, tenían sus historias idealizadas, podían evadirse de sus problemas, España era el imperio con más poder dentro de Europa, ¿qué más podíamos pedir? Pero todo lo que sube baja. No todo el mundo puede tener todo lo que quiere.
   El principal motivo de la crisis que originó este pesimismo social del barroco es, desde mi punto de vista, el egoísmo individual. Las clases más pobres quieren ascender, quieren ser algo más, aspirar a una mejor vida. Por otro lado, los nobles y la Iglesia quieren seguir siendo poderosas, e intentan manejar a los más "débiles", por llamarlos de alguna forma mediante la cultura de masas. Controlar a los demás para poder hacer nosotros lo que queramos, lo que nos conviene, esa es la mentalidad de los poderosos.
   En esta época, los ciudadanos abren los ojos, descubren la mentira en la que habían vivido, el pensar que podían ascender dentro de la sociedad, y se dan cuenta de que no es tan fácil. El pensamiento es mucho más pesimista. Habían estado viviendo en un mundo ideal y han despertado del sueño. A nadie le gusta despertar de un bonito sueño. Por lo tanto, intentan volver a meterse en él, huir de la realidad por medio de creaciones literarias y artísticas. Por eso necesitan producir y crear, para salvarse del oscuro mundo en el que viven.
   Como consecuencia de este ambiente, mucha gente se refugia en la religión. Incluso gente que no creía. Y es que necesitamos creer en algo que nos ayude a no caer en el vacío, algo a lo que aferrarnos. En otras palabras, le damos poder a la Iglesia, a los que nos controlan. Es un círculo vicioso, como la pescadilla que se muerde la cola. Estoy empezando a pensar que las cosas son así porque deben ser así, y no podemos hacer nada para cambiarlo. Hoy en día pasa lo mismo, y seguramente dentro de otros cuantos siglos volverá a pasar. El transcurso de la humanidad será un sube y baja en los que habrá que adaptarse. No podemos pretender estar siempre en el pico mas alto porque básicamente sería imposible. Como egoístas que somos querríamos más, más y siempre mejor. Llegaría un punto en el que todo estaría desequilibrado. Y necesitamos equilibrio para la estabilidad. Igual que necesitamos un equilibrio entre picos altos y picos bajos.
   Mi solución ante esta situación sería buscar un equilibrio en el que el desarrollo no interviniera en el transcurso de la vida, en política o en economía. Sin buscar máximos para no caer en mínimos. Es decir, conformarnos con lo que tenemos cuando todo va bien.
 

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