lunes, 28 de diciembre de 2015

Adiós 2015

    A veces siento que la que ocupa mi cuerpo no soy yo, que es una extraña que ha venido a instalarse temporalmente. Que mi "YO" ha hecho las maletas y se ha ido a un lugar seguro, se ha encerrado con llave y no quiere saber nada de lo que durante su ausencia pase.
    Sin embargo lo que ocurre durante este tiempo es algo que escapa de su control, y quizá por eso acabe huyendo. Lo que ocurre durante su ausencia es todo caos, todo ira, todo rabia, todo impulsividad, y cuando debe volver, se encuentra con un huracán descontrolado que le supera. 
    Y se siente triste y perdida, desolada, porque no sabe qué hacer, cómo arreglarlo, cómo volver a ser un "yo". No le gusta lo que ve, pero tampoco es capaz de hacer nada para arreglarlo.
    Lo más curioso es que la EXTRAÑA sigue haciendo sus visitas temporales, como si no se hubiera quedado satisfecha, y desordena lo ya desordenado. Todo vuelve a ser un caos, pero esta vez distinto. Lo que debería estar en tierra firme, a salvo, estable, ahora está colgando de un precipicio, y antes estaba volando.
    Mi "YO" ya no sabe lo que es la estabilidad porque cada dos por tres la EXTRAÑA viene a desestabilizarlo. Ya no conoce el orden, porque la EXTRAÑA viene a desordenarlo. No conoce el entusiasmo, porque un día se cansó de luchar contra la EXTRAÑA, a la cual no entendía, y dejó de estabilizar, dejó de ordenar. Se convenció de que el orden se hallaba en el desorden y de que la EXTRAÑA formaba parte del ciclo.
    Pero se equivocaba. Y en ciertos momentos de lucidez se daba cuenta. En realidad todo son decisiones. El YO decidió que la EXTRAÑA formara parte de su ciclo, porque parecía mucho más fuerte. Y en lugar de aprender a convivir con ella, decidió huir y esconderse cada vez que venía a instalarse temporalmente.
    Esperaba a que se fuera y en lugar de intentar arreglar el desastre, dejaba que el paso de la EXTRAÑA repercutiera sobre todo lo demás.

    Sinceramente ya no consigo distinguir el YO de la EXTRAÑA. No sé donde empieza uno y acaba el otro. Si la extraña soy yo, que ya no me conozco, o si es todo lo que hay a mi alrededor lo que ha cambiado. Y yo, tonta de mi, no lo quiero ver, y me he quedado clavada, cual clavo, y lo único que hago es mirar al martillo que me golpea una y otra vez, viendo como poco a poco me hunde más y más.

    Vayamos diciendo adiós a esta mierda de año para acoger con los brazos abiertos a todo lo que esté por llegar. Nadie ha dicho que sea peor, pero tampoco que sea mejor. Así que, sea como sea, estará bien.

martes, 8 de diciembre de 2015

Esos lugares...

   Existen ciertos lugares donde, sin saber por qué, te sientes de una forma distinta. Donde lo malo es menos malo, donde lo bueno es eterno, donde sientes la libertad y parece puro todo el aire que respiras; donde todo el mundo te sonríe, te da las gracias. Lugares donde los árboles esconden casas, donde ponen Muse en la radio, donde patinas hasta no poder más. Lugares donde sales de casa, cruzas la calle y te adentras en el bosque. Allí donde imaginas historias que curiosamente no se alejan demasiado de tu realidad. Donde creas recuerdos de esos que nunca desaparecen. Donde cada día es mejor que el anterior. Lugares a los que siempre quieres ir, de los que nunca quieres volver. Porque una esfera de equilibrio les rodea, y cuando estás dentro todo gira como tú quieres. Dicen que lo perfecto no existe, pero podemos crear nuestra propia utopía.
20 de julio 2015 - France