viernes, 4 de enero de 2013

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   Llegado a la milla sesenta, Scott Jurek estaba vomitando y temblando. Su manos cayeron sobre sus rodillas, y después sus rodillas cayeron al pavimento. Se desplomó a un lado del camino tumbado sobre su propio sudor y saliva. Permaneció tumbado pensando en cuán pocas esperanzas le quedaban. No había llegado ni siquiera a la mitad del trayecto y había perdido de vista a su rival.

   No hay manera, se dijo Scott. Estás acabado. Tendrás que hacer algo completamente descabellado para ganar esto a estas alturas.
¿Descabellado como qué?
Como empezar de nuevo. Como pretender que acabas de despertarte de una noche de sueño espléndido y que la carrera ni siquiera ha empezado. Tendrías que correr las próximas ochenta millas más rápido de lo que nunca has corrido ochenta millas.
Ni hablar Jerker.
Ya, lo sé.
Scott se quedó tumbado como un cadáver durante diez minutos. Luego se levantó y lo hizo, destrozando el récord de Badwater con un tiempo de 24:36.

"Born tu run"


   Este es un fragmento del libro "Nacidos para correr" que he estado leyendo estas navidades. Podría haber elegido cualquier otro fragmento porque todo el libro en sí es interesante, pero este en concreto refleja el poder de superación que tienen algunas personas. Esto es algo que admiro, me motiva a seguir luchando y a no rendirme, a mirar siempre hacia delante y convencerme de que puedo lograr lo que me proponga.




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